miércoles, 30 de octubre de 2013

Últimos de la tercera parte y 500 visitas!!!!!

Hoy estoy de enhorabuena y no por subir los penúltimos y últimos capítulos de la parte 3 de Diario de un Muerto, sino porque hoy ya he pasado de las 500 visitas y me llena de orgullo y satisfacción como diría Juan Carlos I pero tranquilos no lo celebraré cazando elefantes sino que para celebrarlo acabaré con cuarta parte de Diario de un muerto: Las Catacumbas de la Enfermedad.

Capítulo 7: Misión: Cura

Si por mi hubiera sido mi familia nunca hubiera participado en estos problemas porque tendrían que hacer cosas o me vieran hacer cosas que nunca se imaginaran.

Ya teníamos el plan montado a la perfección. Íbamos a ir Cristian y yo por la Iglesia mientras que Luis, Adrián y Jorge irían por las catacumbas mercedarias.
         Luis, Adrián y Jorge entraron por el gimnasio grande, había un charco de sangre pero no había cuerpo alguno, ellos siguieron caminando y se separaron, Luis y Adrián irían por la entrada de la habitación de Braulio León y Jorge por la sala de los crucifijos.
         -Lo sabía-dijo Jorge-Sabía que no iba a ver crucifijos.
         En la sala de los crucifijos no había nada de ellos, él bajó por el túnel hasta llegar al pasillo de las catacumbas de la enfermedad. Allí esperó a mí y a mi primo  pero al ver que tardábamos entró en el laboratorio, miró en las neveras y no encontró nada, allí no estaban las cepas del virus. Entonces entré con los dos brazaletes de mi familia y exhausto, con sangre en las manos, me quité el guante de mi mano derecha y lo tiré al suelo lleno de rabia. La marca de la muerte se veía espeluznante con tanta sangre alrededor.
         Mientras ellos iban por las catacumbas, mi primo y yo entramos por la puerta de la Iglesia, allí había unos guardias por toda la iglesia.
         -¿Qué hacemos?-dijo Cristian.
         -Mira tú ve por abajo y yo iré por arriba.
         -¿Cómo?
         -Neutraliza a los guardias de aquí abajo y yo los de arriba ¿OK?
         -OK.
         Subí por unas escaleras hasta el coro y golpeé con mi brazalete a 6 soldados y los dejé inconsciente, abajo mi primo hizo lo mismo y terminó en seguida pero yo me entretuve con Alex que se encontraba dirigiendo a los soldados en la zona del coro.
         -Ya es la hora-dijo.
         -No-dije yo y me defendí de sus ataques saltando de un lado a otro ya que de nada serví mi cuchilla frente a una pistola de verdad.
         De repente le clavé en el costado la cuchilla y empezó a sangrar mucho.
         -¡No!-dije poniendo mis manos en su costado izquierdo-Yo no quería matar a nadie.
         -Hijo de Dex, eres uno de los nuestros y lo sab…-dijo pero un cuchillo le hizo una raja en el cuello que murió.
         -Vete-me dijo Jorge Ruiz con su capucha y capa negra-Pero como sigas investigando te mataré.
         Yo salté del coro y caí encima de los bancos, mi primo y yo fuimos al sótano donde se encerró a mis amigos y fuimos a las catacumbas de la enfermedad.
         -Toma primo-me dijo Cristian dándome su brazalete en aquel frío pasillo de las catacumbas de la enfermedad.
         -Pero Cris…
         -Julián, hay que seguir con el plan yo tengo que avisar a mi hermano, a Lidia, a Lorena, a tu hermana, a Leticia y a Carlos. Para montar el boicot… suerte primo.
         Entonces me puse el brazalete y entré al laboratorio. Allí Jorge ya había buscado en el laboratorio.
         -No están aquí-dije.
         -¿Cómo?
         -Sí ¿Te acuerdas de que yo estuve castigado aquí?
         -Sí.
         -Me acuerdo que Moisés sacaba las medicinas del pasillo de donde entramos por primera vez aquí.
         -Pues vamos.
         Nos dirigimos a ese pasillo, allí vimos como la trampilla de la habitación de Braulio estaba abierta, no se apreciaba ninguna puerta en ese pasillo, pero me fijé bien en la pared que teníamos en frente, había una especie de lector, me acerqué, era un analizador, lo que pedía era enseñar el símbolo de la EM que hay en el pecho de las personas de esta organización.
         -¿Qué hacemos ahora?-dijo Jorge
         -Pues muy fácil-dije, me quité la camisa y me puse la mano derecha en mi pecho-Si no te acuerdas me marcaron como a una vaca con el símbolo de la EM.
         Me acerqué al analizador y un rayo verde me recorrió el pecho, entonces en la pantalla salió la palabra ACEPTADO.
         -Bien-dijo Jorge y me dio mi camiseta.
         -Vamos-dije poniéndome la camiseta, ya no me apetecía ocultar mi marca ¿Me estaba volviendo como ellos? No, no podía dejarme caer en sus sucias garras de asesinos, no podía… por eso la enseñaba para mostrar el sufrimiento que había pasado y que estaba pasando o… ¿Eso era lo que quería oír?
         Entramos en una sala llena de estanterías con virus y medicinas, vacié la maleta de las medicinas y metí en ella los virus. Cuando lo tuvimos todo salimos corriendo por la trampilla de la habitación de Braulio León. En esa habitación se encontraban Mario, Adrián, Luis, José y Pablo.
         -¿Qué hacen aquí?-dijo Jorge.
         -Lo sentimos-dijo Pablo.
         -Nos vieron entrar-dijo Luis-Y nos pararon con el fin de pedir perdón, piensan que les va a matar.
         En la puerta apareció una mujer por sus vestiduras pero no la pudimos ver la cara por que llevaba una mascara de gas, una capucha negra y una capa negra, en la mano tenía una pistola rosa.
         -Tú-dijo José antes de que la mujer desconocida le disparase en el costado y se lanzó a por ella.
         Salimos corriendo y entonces oímos un grito, de la habitación salió la mujer disparando
         -No… Huyáis… Moriréis como el-dijo una voz que costaba reconocer pero me resultaba familiar.
         -Vamos-dije.
         -¿Cómo?-dijo Jorge.
         -José ha muerto con el fin de darnos tiempo para crear la vacuna-dije y empezamos a correr.
         Salimos corriendo pero oímos unos pasos mientras subíamos por las escaleras. Era Jorge Ruiz, que sacó unas cuchillas y nos las lanzó. Yo me dirigí a él sacando mis cuchillas.
         -¡No!-dijo Jorge Bermejo.
         -Seguid tengo que hacerlo yo-dije.
         -¡No!-dijeron Pablo y Mario.
         -Es hora de pagar por nuestros errores-dijo Pablo sacando una pistola amarilla.
         -Corred-dijo Mario con una pistola verde oscura.
         Entonces Jorge Ruiz sacó una espada dorada y se la clavó a Mario en el pecho posteriormente con la hoja paró los disparos de Pablo. Nosotros seguimos subiendo y llegamos al laboratorio y allí empezó el trabajo.
         -Mierda-dijo Jorge.
         -¿Qué pasa?-dijo Luis.
         -No sé que hay que hacer si quitar o poner Hidrógeno.
         -¿No lo pone el diario?-dijo Adrián que vigilaba con las pistolas.
         -No, no lo pone.
         -Mierda ¿Qué hacemos?-dije.
         -Podemos gastar dos virus beberlos y uno de nosotros morirá.
         -No, no podemos hacer eso… -dije nervioso-Espera ¿Qué es lo que se puso en la mano Moisés?
         -“Sobramos cuatro”-dijo Luis.
         -¿Y si ese es el mensaje que me quería decir antes de morir?-dije.
         -¿Qué sobran cuatro?-dijo Adrián.
         -Sí o sea que hay que quitar cuatro-dije.
         -Eso va a ser difícil de hacer voy a tardar cuarto de hora. Vigilad que no venga ningún indeseable.
         Salimos y en el piso de abajo se encontraba Pablo luchando contra Jorge Ruiz, el cual no ocultaba su rostro, Mario estaba en el suelo en un charco de sangre. Jorge Ruiz le hacía subir las escalera hacía nuestro piso, entonces yo saqué mis cuchillas y fui a ayudar a Pablo.
         -¿Qué haces?-dijo Pablo.
         -Quiero ayudar-dije-No soporto estar sin hacer nada.
         -No consigo a puntar bien-dijo Adrián-Se mueven mucho.
         -Creo que yo puedo lanzarle mi cuchillo-lo lanzó pero no solo no le dio, sino que le dio al pobre Mario.
         Empezamos a luchar, Pablo esperaba a que Jorge dejara de bloquear mientras yo le lanzaba ataques mortales. En un momento que me estaba defendiendo ya en el piso del laboratorio, Pablo se abalanzó sobre Jorge y este soltó la espada, sacó una pistola y mató a Pablo. Yo de la rabia le clave en la espalda las cuchillas y se cayó por las escaleras. Se levantó y salió corriendo no antes sin decirme:
         -Vais a morir todos supervivientes.
         -Jorge-dije y él se dio la vuelta-Toma no quiero unirme a vosotros-le tiré los brazaletes-No soy un asesino.
         -Ya veremos-dijo y cogió las cuchillas-Me vengaré.
         -Lo tengo-dijo Adrián que le disparó a la cabeza pero Jorge se movió con rapidez y se escapó.
         Luis y Adrián se quedaron en la puerta del laboratorio para asegurarse de que nadie se acercaba, Luis tenía los cuchillos de Jorge y él suyo y Adrián las pistolas. Me dirigí al laboratorio y allí Jorge ya había acabado la vacuna y se la iba a beber pero yo le paré.
         -Jorge, si es el veneno yo no sabré utilizar estas maquinas por ello yo lo beberé con el riesgo de morir ¿Vale?
         Entonces le di un gran trago a la probeta y me caí al suelo.


Capítulo 8: Vacuna 378

Se me pusieron los ojos en blanco y me empezaron a dar espasmos, entonces cerré los ojos.

Y los volví a abrir.
         -Estoy vivo-dije.
         -Julián un momento-dijo Jorge y me hizo un pinchazo-Por lo que dice el diario de Moisés juntando tu sangre con agua pueden ocurrir dos cosas, que la composición sea negra, eso significa que estás enfermo, o que no ocurra nada, si esto pasa estarás bien.
         Cogió una probeta llena de agua y metió mi sangre, la removió y no se puso negra, no hizo nada.
         -¡Estas curado!-dijo-¡Lo conseguimos! Hemos creado la Vacuna 378.
         -¿Por qué 378?-le pregunté.
         -Por que es el intento de Moisés 378 y porque es definitiva ya no puedes contagiarte nunca.
         Pasaron las horas y después de que Jorge, Luis y Adrián se curaran y haber llenado 50 probetas de la cura y haber dejado otras 50 del virus nos dirigimos a mi trabajo, en el CNI. Allí los científicos crearon mas vacunas.

         Mientras todo esto pasaba, mi primo se adentro en las catacumbas de la enfermedad con un objetivo y es poner a los enfermos en contra de la EM. El entró a las catacumbas y se dirigió a la habitación 2112, allí se encontraba Carlos brutalmente golpeado y limpiándose las heridas.
         -¿Carlos?-dijo Cristian.
         -¿Cristian?-dijo Carlos-¿Habéis vuelto?
         -¿Que te ha pasado?
         -Nos han estado interrogando, a Leticia y a mí. Les dijimos lo que acordamos ¿Por qué estás aquí?
         -He venido a que nos levantemos contra la EM.
         -¿Qué?
         -Sí, Julián, Jorge, Adrián Martínez, que ahora es bueno, y Luis han ido a crear la vacuna y seguramente la tengan de un momento a otro.
         -Vaya.
         -Venga, tenemos que avisar a todo el mundo.
         En esto vino Ismael, le contaron todo y empezaron a ir de habitación a habitación apoyando la rebelión. Cristian llegó a la habitación 2111 y allí estaba Leticia… muy magullada con ayuda de Carlos la curaron.
         -¿Entonces esto ha acabado?-dijo Leticia.
         -Me temo que no aún queda mucho que hacer-dijo Carlos.
         -¡Vamos!-gritó Cristian.
         Todos los enfermos de las catacumbas se dirigieron hacía las puertas de las catacumbas, se abrieron y un montón de soldados salieron de la puerta con sus pistolas apuntando a los enfermos intentando atemorizarles sin apenas conseguirlo.
         -Quietos-dijo un soldado que parecía el jefe,
         -No-dijo Lorena-Hemos estado meses aquí y no vamos a dejar que una panda de imbéciles nos bloqueen el camino.
         -Preparaos-dijo el soldado y los soldados se prepararon-Apunten... Esperen la señal. ¿Qué decías?-dijo y fue a disparar a mi primita pero Cristian le tiró la pistola
         -Dad marcha atrás-dijo el soldado.
         -No-dijo Carlos.
         -A ti y a tu amiga no os he enseñado algo-dijo el soldado.
         -Fuiste tú-dijo Cristian.
         Entonces se empezó a oír un ruido como si fuera una taladradora y se abrió un agujero en el techo del pasillo.
         -¡Ataquen!-dijo el soldado.
Los soldados empezaron a disparar al agujero pero no ocurría nada. Entonces el silencio se hizo eco y del agujero aparecieron un montón de agentes del CNI  con mascaras que dispararon tranquilizantes a los soldados. Entonces cuando las cosas ya se calmaron aparecieron tres agentes con tres maletas cada uno, en esas maletas estaban las vacunas, todos los allí presentes se tomaron las vacunas y al cabo de 6 horas todo el mundo estaba curado.
         -Como supieron donde estábamos-dijo Carlos al jefe del CNI.
         -Bueno uno de nuestros jóvenes agentes llamó a nuestra puerta-dijo el jefe del CNI.
         -¿Quién?-preguntó Leticia.
         -Es clasificado, aunque os puedo decir sus iníciales JT. Vino con el que creó la vacuna en los piso de arriba de este colegio y dos amigos más… Mirad ahí están.
         -¡Leticia, Carlos, Cristian, Lorena, Lidia, Noelia, Ismael!-gritaron Jorge Bermejo, Luis y Adrián lanzándose a los brazos de sus amigos.
         -¿Y Julián?-dijo Lorena.
         -No le vamos a volver a ver-respondió Jorge.
         >>Cuando llegamos a avisar al CNI y mientras estos creaban la vacuna y elaboraban un plan, él me dijo:
         >>-Jorge no voy a ir contigo
         >>-¿Cómo?-dije.
         >>-Mira tengo que estar durante estos años recopilando información sobre la EM, no descansaré hasta que esos malditos se pudran en la cárcel-le dije pero mentí en ese preciso instante me encontraba entre un dilema moral ¿Y si me tenía que unir a la EM? Demostré ser un asesino al matar a Alex.
>>-Vale.
         >>-Por cierto Jorge, siempre maldeciré a:
     LAS
         CATACUMBAS
                        DE
                            LA
                            ENFERMEDAD




FIN DEL PARTE 3


Muchas gracias por estas 500 visitas espero que sean más

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