Capítulo 6: 11/05/2011
Un día decisivo, día en el que todos
comprendimos lo que teníamos que hacer para que se descubriese la verdad… un
día que si el 29/10/2010 fue decisivo este 11/05/2011 fue el break even.
08:00
Era un día nublado cuando salía
de casa, pero a lo largo del camino hacía el colegio con mi hermana empezó a llover, como si alguien se hubiera dejado el grifo abierto. Cuando llegué a la
puerta del colegio Jorge Bermejo, Alex, Luis y Jorge me esperaban con caras
largas y con la cara mojada por la lluvia ya que no se habían traído un
paraguas.
-¿Qué pasa y esas caras tan largas?-les dije preocupado.
-¿No te has enterado Julián?-me dijo Jorge Bermejo.
-No, ¿de que no me he enterado?-les respondí y pregunté con
miedo a la respuesta.
-Han vuelto a abrir la investigación-dijo Alex.
-Perfecto ¿No? Ahora podemos decirles lo que hemos hallado.
-Acaba de entrar un policía y Mario ha ido a ver para
que-dijo Jorge Bermejo.
-Hola chicos-dijo José que iba con un paraguas-Ya me he
enterado.
-Esto es la ostia-dijo Jorge-Si cierran el colegio no
podremos seguir investigando por nuestra cuenta. Y no podremos ir a lugares que
la policía no puede llegar.
-¿Cómo?-dije-Con lo que tenemos ¿No pueden hacer nada?
-No por que no tenemos pruebas y si las tenemos no son
demostrables necesitamos más cosas-dijo José.
-Pues veo la respuesta-dije seguro-Hoy vamos a investigar la
biblioteca.
14:35
Las horas pasaban y me
aburría cada vez más, menos mal que sonó el timbre. Estaba muerto de hambre, no
había desayunado bien, hacía más de siete horas y estaba desando llegar a comer
la increíble ensalada de pasta que preparaba mi tía Mari. Así que en cuanto
sonó el timbre me olvide de lo que se habló antes de comenzar las clases y me
dirigí corriendo a la puerta de salida pero entre Leonel y Mario me
consiguieron parar.
-¿Qué hacéis?-dije enfadado pero de pronto me acorde que
Mario, Leonel, Raquel, Mabel y yo investigaríamos la biblioteca.
-No te acuerdas Julián-me dijo Mabel.
-Sí, lo siento es que una ensalada de pasta me esta
esperando-dije en broma y acariciándome la cabeza como en los dibujos de anime.
-Este chico de verdad –dijo Raquel.
Bajamos las escaleras disimuladamente y nos introdujimos en
la biblioteca, Leonel y Mario intentaron mover el piano pero no podían, yo
intentaba abrir la puerta que había justo en la esquina de la biblioteca al
lado del piano, ya sabía lo que había hay dentro, era un pasadizo hacia el
convento, pero era por matar el hambre y Raquel y Mabel me cogieron la mochila
y cogieron mi diario para ojearlo, ya que ellas tenían que vigilar si venía
alguien y si venía entretenerle mientras una de ellas nos avisaba. Mientras a
Mario y a Leonel se les oía unos gritos de dolor al no poder conseguir lo que
querían, yo les explicaba a las chicas algunas cosas de la película. Al no
conseguir moverlo decidimos irnos.
-Oye, Mario ¿Qué quería el policía?-dijo Leonel.
-Nada, no pude ver nada, ya que se metieron dentro del
despacho de Vanesa-le respondió.
En ese momento pudimos ver como una monja ponía un cartel de
la comunidad de Madrid la cual ordenaba un toque de queda para todos los
jóvenes de Madrid de entre 1 a 23 años, a partir de las ocho de la tarde todos
los jóvenes debían estar en su casa sino un policía les podría multar hasta con
mil euros, era de locos.
20:00
José se encontraba paseando
por la Gran vía corriendo ya que observó en su reloj la hora que era, así que
se preocupó y empezó a correr, tomó la calle Valverde y se fue directo para la
calle del pez dio el esquinazo al colegio y se adentro en la calle Puebla
cuando le sonó el móvil, era yo.
-¿Si?
-Hola José ¿Como va eso?
-Pues aquí corriendo por que me ha pillado el toque de queda
en el 100 montaditos, bueno a mí y seguramente a Luis, Jorge Ruiz y Alex-dijo
corriendo y riéndose.
-Nada solo te iba a decir que no hemos podido mover el piano
y que necesitamos por lo menos a cinco personas para moverlo.
-Joder, si que pesa el puto piano… Julián creo que alguien
me sigue.
-¿Cómo? ¿La policía?
-No, creo que voy a colgar, adiós.
En ese momento se fijó que Braulio León le perseguía desde
que dejó atrás el colegio y lo persiguió por toda la calle del pez que estaba
despoblada por el toque de queda. José cada vez más le faltaba la respiración
pero no podía descansar pasaba por la calle madera y ya le faltaba menos para
alcanzar su casa pero de repente sintió algo en la pierna y en ese momento cayó
al suelo al recibir un balazo en la pierna derecha, le sangraba mucho y lo
último que recordó fue la cara violenta de Braulio el cual le arreó con la
culata de la pistola que llevaba, la ocultó y con todo lo grande que era cogió
a José le arrancó del cuello el pen lo rompió en el suelo y se lo llevó al
colegio.
Capítulo 7: 12/05/2011
Tristemente este día fue el último día
que me fui de “cañas” con mis amigos, aunque yo bebí coca-cola, es triste una
vez que sabes lo que ocurrirá.
08:16
Me encontraba muy nervioso y
enojado a la vez; la policía había ido a mi casa por que como la última llamada
que tenía en el móvil de José era mías, me estuvieron haciendo preguntas como si un adivino fuera y claro estaba harto de la noche que había pasado. Encontraron su
móvil cerca de Chueca y esto hizo que me cabreará aun más por que según José no
estaba por allí. Caminaba solo, ya que mi hermana estaba mala, con mis
pensamientos dando vueltas en la cabeza mientras caminaba en dirección al
colegio por la calle donde estaba mi casa, en la calle Andrés Borrego, y me
dirigía hacía la calle del pez y todo fue normal, para lo que era el día, hasta
que justo en la entrada de la calle Pizarro en medio de la carretera sin que
ningún coche lo logrará pisar pero si la gente, los cuales no se daban cuenta y
aun así no pisaban aquel pen destrozado que encontré y que extrañamente era
idéntico al de José, posteriormente encontré algunas manchas roja y descubrí
que pasaba. Como era lógico la policía
empezaría a buscar por la calle del pez por si encontraba alguna pista de José
pero Los León se las habían ingeniado para tirar el móvil de José en la entrada
del metro de Chueca y así parecer que allí le habían cogido y ocultar la sangre
y los resto del pen de José. Esto me cabreó bastante y en cuanto llegué a la
puerta del colegio les impedí que entraran todos los que estábamos metidos en
esto y les expliqué lo que había pasado y todos llegamos a una conclusión
lógica:
-Tenemos que bajar ya-dijo Jorge.
-Nos reuniremos a las diez y media ¿vale?-dijo Mario-Y
hablamos sobre esto en el cochifrito-referido a un bar al lado del colegio con
ese nombre.
Al llegar a clase nos encontramos que en las tapas de
nuestros cuadernos, en mi caso archivador, un mensaje hecho con un cuchillo que
decía:
“La
EM siempre te vigila”
Nos miramos con cara de miedo los unos a los otros y a pesar
de que en algunos casos nos separaba hasta doce sillas todos pensábamos lo
mismo y teníamos la misma expresión de terror.
-No puede ser-me dije.
10:30
Era
la hora del recreo y todos nos encontrábamos en una mesa separada y junta,
algunos pidieron café, Nesquik, otros ya de buena mañana una cerveza y gente
sana como yo pedimos un Coca-cola, bien sana, y comenzó la reunión que marcaría
para siempre nuestros destinos.
-¿Habéis visto?-preguntó Luis, con su
cuaderno en la mano.
-Estamos todos muertos-dijo Jorge Ruiz
siendo optimista.
-Calma-pidió Noelia.
-Si no nos controlamos nos
oirán-advirtió Laura mirando las otras mesas.
-¿Creéis que nos están observando
incluso aquí?-pregunté sabiendo la respuesta.
-Sí yo ya no me fío ni de mi
sombra-dijo Mario.
-¡Vamos!-dijo Leonel-Solo tenemos media
hora de recreo tenemos que hablar del asunto ya.
Pasó veinte minutos hasta que
conseguimos que todos estuviéramos de acuerdo.
-Muy bien-dijo Leonel- Esto queda así;
Julián traerá comida, una mochila con barritas energéticas y en otra latas,
chicles, galletas, comida buena por así decirlo, Laura un botiquín, Jorge unas
antorchas, de esas que se venden en los chinos, Mario bebidas, Noelia y Mabel
sacos de dormir, Luis una navaja suiza, Katherine los mapas que ha hecho y yo
linternas ¿Correcto?
-Si muy bien-dijo Mario.
-Sigo sin estar de acuerdo con eso de
que nosotros no bajemos con vosotros-dijo Raquel.
-Nosotros estamos tan unidos a esto
como vosotros-dijo Adrián Utrilla.
-Ya lo sabemos...-dijo Katherine.
-Somos tan importantes como
vosotros-decía Leticia.
-Es ¡INDIGNANTE!-dijo Jorge Bermejo.
-¡YA!-dijo Luis harto de todo.
-Haber, si nos pasa algo vosotros
seréis como...-dijo Jorge buscando las palabras correctas.
-Nuestro grupo de que si nos pasa algo…
seréis los segundos-dijo Noelia.
Ellos estaban enfadados, pero sabían
que lo que decíamos era verdad, ellos serian el grupo de apoyo.
Y así acabó un día
decisivo para nuestras vida podríamos haber dejado todo, podíamos haber ido a
una comisaría y explicarles lo que pasaba incluso podríamos haber hablado con
Vanesa pero decidimos según creo yo lo mejor. Al día siguiente en viernes 13
bajaríamos a las catacumbas sin saber que nos encontraríamos. Cuando llegué a
casa rompí mi cerdito hucha y con los casi cien euros que tenía decidí comprar
la comida, quedé con Carlos para comprarla el mismo día que íbamos a bajar para
poder despedirme de él por si acaso. Lo mismo me ocurrió cuando me fui a la
cama que le di una gran beso a mis padres y les dije que les quería, los pobres
desde que empezó toda esta mierda no paraba de preocuparse por mí y por mi
hermana, cada dos por tres mi madre me llamaba para saber si estaba bien,
intentaban pagar los móviles sí o sí para que no tuviera cortada la línea. Si
fuese por ellos yo nunca habría decidido bajar pero ellos me inculcaron uno
valores que tenía que aplicarlos ahora.
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