martes, 15 de octubre de 2013

Capitulo 1, 2 y 3 de la segunda parte

Comienza la increíble aventura de estos simples chicos que les llevará fuera del colegio e irán a recorrer Madrid.
Como ayer no pude poneros el primer capitulo aqui tenéis los tres primeros capítulos de este libro, la EM sale a la calle y con ellos un suceso que hará que los amigos de Julián le odien.

Capítulo 1: De cómo se interroga a un muerto

-Sabes de sobra cómo acaban los héroes-le dijo conteniéndose a duras penas-. No tienen mujeres ni hijos y no llegan a viejos.
Cornelia Funke, Muerte de tinta.

La historia nos demuestra que los héroes solo son aquellas personas que mueren por un ideal y aquel 19 de mayo de 2011 nació uno, Julián Tejado un gran héroe aunque en ese momento yo no pensará que lo fuera. Ese día fue un antes y un después en nuestras vidas, en la vida de “Los supervivientes de la catástrofe de las mercedarias”.
         Era la madrugada del 21 mayo de 2011 después de una fatigosa noche luchando contra la muerte la policía nos seguía atosigándome con preguntas sin pensar en si estaríamos cansados o no. Y allí estaba yo, Carlos Mejuto, sentado en una mesa de interrogatorio harto de aquel policía peinado a raya castaño claro con algunos síntomas de la vejez, canas, con la cara delgada y ojos cansados verdes.
         -Me está deslumbrando el foco mucho, lo podría quitar de mis narices-dije enfadado, no había pegado ojo desde hace 2 días y estaba irritado por ver morir a mis amigos.
         -No. ¿Entonces sois de la EM?-me pregunto el policía.
         -No, nosotros tenemos dieciocho años y pensamos... bueno mis amigos creían que algo raro ocurría en el colegio en el que yo estudiaba y descubrimos una sociedad terrorista de la iglesia-le respondí-Esa es la EM
         -¿Sabes qué de los 20 que erráis, solo quedáis 10?
         -¡Y qué! No he dormido desde hace 48 horas ¿me puedo ir?
         -No. Hace dos horas hemos encontrado a Leonel Malhadas muerto. ¿Sabes lo que le ha pasado?
         -Si lo mato una sucia asesina-Entonces dije en voz baja-¿Leonel Malhadas? Eso es imposible era José Martínez.
         -Habéis hecho enfadar a dos equipos de fútbol  habéis hecho un boquete enorme en plena entrada del jardín botánico y el colegio de tus amigos esta hecho un caos, Carlos Mejuto cuéntame todo lo que ha pasado estos dos días.
         -En este diario lo tengo todo escrito léelo y veras.
         -No quiero leer, quiero que me digas lo que ha pasado estas 48 horas.
         -Vale se lo diré:
Todo había ocurrido muy rápido de repente Julián me había contado todo lo que había pasado en aquellas catacumbas:

19:00
         Hay nos encontrábamos Julián y yo, durante el transcurso del relato de Julián mis padres me habían llamado diciendo que harían compañía a los padres de Julián toda la noche y que al día siguiente seguirían buscando.
         -¿Y ya está?-dijo Carlos.
         -Si eso es lo que ha pasado-dijo Julián-¿Puedo poner la tele? Quiero saber si el Real Madrid ha ganado la liga y el Atlético ha ganado la UEFA EUROPA LEAGUE tengo que despejarme, hay que llamarles, estoy muy cansado-en ese momento el móvil de Julián sonó con su canción de STAR WARS, era Leticia-¿Si? ¿Leticia?
         -Hola-dijo Vanesa León.
         -¿Cómo? Vanesa ¿Y Leticia?
         -Está bien. Solo que esta noche es el día de fiesta para la EM ya que voy a matar o a tu amiguita o a ti. Tu tendrás que decidir si quieres que viva, si así lo quieres, ven justamente a las 00:00:00 ni un segundo más y ni un segundo menos. Adiós.
         -¿Qué pasa Julián?-le preguntó Carlos
         -Que voy a morir…

00:00:00
         Allí estaba Julián delante de la iglesia del colegio mientras la lluvia seguía cayendo indiscriminadamente. Julián tomó aire y noto como el tiempo se detenía a cada paso que daba, subió las tres escaleras de la iglesia pensando toda su vida en imágenes, le fastidiaba no poder rodar la película sobre esto. Al llegar a la entrada observó que los asientos de la iglesia estaban guardados y dejaban ver el mármol del suelo tan hermoso y en el centro de la cruz latina se encontraba una Leticia con la cara llena de magulladuras y una Vanesa León que al ver a Julián se le iluminó la cara .
         -Disculpa por su rostro pero uno de mis hombres no se ha podido controlar-dijo con una estúpida sonrisa que cabreó aun más a Julián-Mira Leticia, Julián Tejado Flores ha venido aquí a morir-y dicho esto con su pistola pego un tiro a Julián que cayó al suelo.
         Al principio sintió como fuego en el pecho después humedad al estar en vuelto de sangre y empezó a gritar de dolor Leticia se abalanzó a Julián llorando y manteniendo la mano en la hemorragia. Vanesa sacó el cuerpo de Leonel de donde estaban guardados los asientos de la iglesia, Julián pudo ver el rostro de aquella figura… no era Leonel sino José Martínez aquel chico que se fue sin despedirse.
         Vanesa sacó un hierro quemado con el símbolo de la EM y se lo clavó en la mano derecha inerte de José y a Julián hizo lo mismo que aprovechaba las ultimas bocanadas de aire, su grito resonó por toda la calle puebla y murió. Vanesa se alegró, le advirtió a Leticia y se fue al convento. Leticia no paraba de llorar desconsolada mente y finalmente con la última fuerza que tenía gritó:
         -¡MALDIGO A LAS CATACUMBAS MERCEDARIAS!
            En ese preciso momento cuando Vanesa se había ido Julián empezó a toser y se quitó rápidamente la camisa cayéndose unas 10 placas metálicas que tenía pegado con esparadrapo dejando ver en su torso velludo una marca roja en el pecho del disparo recibido que no había atravesado carne. Leticia casi le da algo al ver a Julián levantándose y después le dio un gran abrazo.
            -Chicos salid-nos dijo Julián.













Capítulo 2: De cómo Julián murió y después vivió

La vida es tan efímera

-¿Cómo logró tu amigo sobrevivir?-dijo el policía.
         -Los héroes no pueden morir ni el inútil de Julián-contesté enojado.

         Después de recibir la llamada de Vanesa León, Julián y yo nos preguntamos como fingir su muerte sin que muriera y después de muchas disparatadas ideas se me ocurrió algo viendo los restos de unas obras de mi casa, cogí 10 planchas de metal y al juntarlas me pareció que era buena idea para parar una bala. Después de tener el como, llamamos rápidamente al segundo grupo para rescatar a nuestros amigos.
         Primero apareció Alejandro Casas con una bolsa llena de sangre falsa la cual con cuidado preparamos y la pegamos a las planchas las cuales fueron pegadas con cinta americana al cuerpo de Julián, menos mal que suda mucho en verano sino hubiera sido muy difícil quitarle la cinta americana. Cuando ya estaba todo preparado, yo hice un botiquín por si lo necesitaban los otros y una camisa para Julián, él se quedó en la cocina explicando a los que venían lo que había ocurrido y comiendo como un poseso. Jorge Bermejo fue el segundo en venir con una mochila grande con linternas y navajas albaceteñas. Adrián Utrilla llegó con Raquel con una mochila llena de comida y botellas de agua para nuestros amigos. Salimos de mi casa a las once y media y en la entrada del colegio nos separamos, mientras Julián afrontaba su ficticio final no muy convencido de que funcionará nosotros conseguimos abrir la puerta subterránea que había en la calle Valverde para entrar en las catacumbas como había hecho Julián en su cumpleaños, pero esta vez entramos en el confesionario. Allí oímos todo lo ocurrido y en cuando oímos el disparo la tensión crecía en el pequeño habitáculo ya que no sabíamos si el plan había funcionado o no posteriormente oímos a Leticia llorar, gritar y depuse Julián nos tranquilizó al decirnos:
         -Chicos salid-dijo Julián.
         -Menos mal-dije saliendo del confesionario-Estábamos acojonados.
         -Era todo un truco-decía Leticia que al ver a Raquel fue a darle un gran abrazo.
         -Veo que ha funcionado-dijo Alex-Increíble.
         -Estaba acojonado-dijo Julián.
         -Yo sabía que iba a funcionar-mentí.
         -Hombre lobo-le dijo Jorge Bermejo a Julián-Ponte una camisa.
         -¿Cómo? Pero si estaba muerto-dijo Leticia que no entendía nada.
         Entonces Julián se levantó, dio la vuelta a Leticia y la dio un abrazo:
         -Lo siento muchísimo-dijo Julián-Perdóname por lo que te he hecho sufrir
         Leticia estaba llorando y le dio un bofetón.
         -Julián tu mano derecha…-dijo Jorge Bermejo asustado.
         -Que se le va a hacer-dijo mirando aquella terrible marca que le había dejado Vanesa, una marca para siempre. Cogió su camiseta sucia y arrancó un trozo de tela, la cual se la anudó a la mano para que no se le infectase la marca… y para no verla-Leticia ¿Dónde están los demás?-dijo mientras se ponía una camisa, cómo no, azul
         -Allí-dijo Leticia mirando a Julián como si fuera un fantasma y señalando una zona donde una piedra tenía el símbolo de la EM.
         -¿Cómo la abrimos?-dijo Alex viendo que pulsando el símbolo no se abría.
         -Así-dijo Adrián Utrilla que cogió el atril de la Biblia y lo reventó en el suelo dejándonos ver aquel oscuro sótano con Laura, Noelia, Mabel, Luis y Jorge.
         En ese momento una explosión de jubilo nació entre los presentes en la iglesia todos estaban felices por aquel reencuentro.
         -Lo habéis conseguido-dijo Luis abrazando a Julián.
         -No, lo hemos conseguido, todos.
         Nos fuimos corriendo hacía la biblioteca y vimos como el piano que estaba bloqueando la puerta a las catacumbas estaba roto.
         -Mierda-dijo Julián- Si que es fuerte.
         En ese momento Julián se acordó que cuando el hijo de Vanesa le perseguía y el cerró la entrada con el piano.
         -¿Y este precinto?- Preguntó Luis.
         -Es que cuando vino la policía a ver pistas vieron unas mochilas vuestras aquí-dijo Alex-Y por si acaso, cerraron el colegio hace 3 días.
         Quitamos el piano de en medio entre Julián, Alex, Jorge Bermejo, Adrián y yo y nos adentramos en aquellas horrorosas catacumbas. Allí había trece cuerpos en el suelo, doce eran ya esqueletos aunque algunos tenían el uniforme del colegio  y otros estaban desnudos. El otro cuerpo era de la pobre Kathy la cual tenía una sonrisa en la cara al haber ayudado a Julián a salir de aquel infierno.
         -Todo era cierto-dije en voz alta.
         -Ósea que no me creíste-dijo Julián
         -No… pero… no me negaras que era una historia un poco extraña ¿no?
         -Es verdad ¿No, Julián?-dijo Laura.
         Todos lloramos ante el cuerpo de Katherine pero no había que demorarse más pronto descubrirían lo que habíamos hecho y teníamos que ir a por una cosa.
         -Julián, exactamente ¿hacia dónde vamos?-pregunto Luis dolorido.
         -Hacia el Palacio Real-dijo mientras nos guiaba por la oscuridad con las linternas-Allí Carlos y Jorge Bermejo os currará las heridas y allí podréis comer y descansar mientras tengo que echar un ojo a la carta que encontramos de ese tal LdP.
         Allí estábamos en aquella sala gigantesca  del palacio real, con la ayuda de Jorge Bermejo y Julián cerraron la puerta para entrar en aquella sala al subir Julián no paró de buscar aquella carta que ocultaba algo. Yo curaba a los heridos, les dimos de comer y ropa limpia aunque seguían sucios ellos me explicaron sus vivencias en aquel sótano y las escribí en el diario. Cogí a Julián que estaba alterado, le quité el trozo de tela de la mano y le curé aquella espantosa marca de su mano derecha. Estaba bien dentro de lo que cabía a esperar, por lo menos no se le había infectado, le puse unas vendas con vetadine, sus gritos se oyeron por toda la sala, lo más seguro es que le seguiría sangrando. Se levantó al terminar extrañado por algo que vio en el suelo de la sala.
         -¡Mierda, lo ha quemado!
         En ese momento me dirigí hacía el y observé como tenía en frente unas cenizas que parecían de papel.
         -Ahora no sabremos que ocultan-dijo Julián que se sentó en el suelo depre.
         -No-dije en el momento que cenábamos a las 04:00 aquella noche iba a ser larguísima-Julián tu escribiste la carta en tu diario ¿Recuerdas?
         -Cierto, ábrelo quiero saber si es como los libros que abrimos en la biblioteca
            Allí estaba:
     Mireya  salía hacia la puerta con las maletas en la mano cuando su madre se puso delante de la puerta.
    -Mi enamorado vendrá madre y tu ni nadie lo podrá evitar-dijo Mireya con gesto desafiante.
    -En mi vida he oído desfachatez como esta-le dijo su madre levantándole la mano y dándole una bofetada.
    -Tras estas faltas de respeto a tu hija no vuelvas a llamarme a si-dijo con lágrimas en los ojos.
    -Las faltas de respeto que hablas se las has hecho tú a tu padre muerto y a mí.
    -Tres oportunidades os di y ninguna  aprovechasteis.
    -Fu… fu…-decía entre dientes como queriendo reprimir sus deseos de decir lo que quería decir-En mi boca hay una palabra que me ronda y la voy a gritar ¡Furcia!
    -Tes tas pasando madre, una palabra mas y no me volverás a ver en tu vida-dijo la hija con lagrimas en los ojos-DEL todo te vas a arrepentir.
Mireya cogió sus maletas y dando un portazo dejo a su madre  llorando en el sofá rojo de la habitación roja. Pasaron las horas y el mayordomo entro corriendo hasta llegar donde madre e hija discutieron por ultima vez.
    -Jar…-decía temeroso-Dín...-seguía titubeando-No se como decírselo señora.
    -¿Es crucial que yo lo sepa?-dijo la señora que tenía marcas de haber llorado-Tén en cuenta mi estado anímico no es el que era, me siento culpable por lo que le dije a mi hija.
    -En… entiendo señora, por…-seguía nervioso-Fa… por favor señora siéntese.
    -Dadas las situaciones en las que nos encontramos me sentare pero por favor, tranquilizaos-decía mientras se sentaba y se secaba las lagrimas-Y cuénteme lo que me tenga que contar.
    -Con su permiso yo también me sentare-dijo el mayordomo-Ten señora el pañuelo de la familia de su marido.
    -Tas andando por las ramas-la señora había sido campesina y siempre se le colaba alguna palabra que no fuera refinada, lo mismo le ocurría a su hija-En… entiendo por tu forma de hablarme que es algo muy preocupante ¡Cuéntamelo ya!
    -Un carruaje a atropellado a su marido y al novio de su hija-decía decidido-A las 5 de la tarde hace una hora, su marido se encuentra estable pero el novio de su hija a muerto, su marido me ha dado este pañuelo para que sepa que esta bien.
    -Vez de haber perdido el tiempo en palabrería debería habérmelo lo dicho na más entrar.
    -No era mi intención es que no me salían las palabras.
    -Se nota-dijo la señora poniéndose un abrigo-Abri vámonos
    -Rá… razón no le queda señora.
    -La pobre de mi hija-decía pensando en voz alta-Pu… puede que… no,  estará destrozada.
Se encaminaron corriendo al hospital de la capital. Cuando llegaron encontraron al marido de ella con un  brazo escayolado y consolando a su hijastra.
    -Er... Erminia está aquí tu madre-dijo acariciando su pelo y tranquilizándola.
    -Ta, mi niña ya esta-dijo consolando a su hija e indicando al mayordomo que le pusiera su abrigo-Usad mi abrigo también-colocó el abrigo a su hija consolándola y limpiándole las lágrimas- El id a nuestra casa y calentar la estancia nos vamos ya.
    -Be creo que deberíamos quedarnos hasta el funeral-dijo su marido.
    -So… solo quiero que mi hija se tumbe en su cama y mañana iremos a su funeral-dijo dirigiendo a su hija a la puerta-De… despacio mi niña que tu padrastro no nos puede seguir.
    -An... ante todo lo siento otra vez hija mía-dijo saltándole las lágrimas en los ojos-Gel… gélido me quede cuando ese despreocupado nos arroyo-se quitó su abrigo y se lo puso a su mujer-Y que sepas que me salvó la vida a su novio mi amor.
    -Los dos sabemos que ese hombre era una mala influencia-dijo mientras veía que su hija se quedaba dormida apoyando su cabeza entre sus piernas-De dios lo guarde pero está mejor muerto ¿Cómo ocurrió?
    -Dos horas antes de ahora yo me dirigía a evitar que ese hombre se marchará con ella-dijo mientras se secaba con la mano que le quedaba sus gafas-En eso yo le cogí de la sisa  y empezamos a en zarparnos en una pelea callejera-se volvió a colocar las gafas y giró su cabeza a la calle-Los dos nos tiramos a la carretera y un loco nos arroyó él no intento salvarme lo he dicho para que ella no sospechará nada de lo que ha pasado.
    -Ojos que no ven corazón que no siente-dijo la mujer-Del to sabrá mi hija que ese hombre no era lo que nosotros sabemos un-hizo una pausa dramática por que creía que su hija  se despertaría-Demonio.

         -Que extraño esto está lleno de diálogos-dijo Luis-Los libros no los tenían.
         -Y si coges la primera palabra o letra de cada línea no dice nada-dijo Carlos.
         -Diálogos-dijo Julián y empezó a reírse cogió su diario arrancó una página y escribió algo-Más incógnitas pero una ya la he descubierto-dijo con una sonrisa.














Capítulo 3: De cómo descubrieron las incógnitas.

A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que somos los mejores resolviendo pistas y corriendo delante de tíos armados.
        
-¿Cómo?-dijo Jorge-¿Lo has resuelto?
         -En parte-dijo Julián que cogió el diario y lo puso en el suelo para que todos lo viésemos- Veamos Luis ¿Que dijiste antes?
         -¿El que? ¡Ah! Lo de que está lleno de diálogos y en el libro que nosotros teníamos no había ni uno ¿No?
         -Exacto. Si miramos las primeras palabras de cada empiece de diálogo encontraremos el mensaje oculto.
         -Por eso los diálogos son tan raros ¿No?-dijo Raquel.
         -Sí, miradlo por vuestra cuenta
         Nos acercamos y vimos el mensaje tan claro como lo había visto Julián:

    Mireya  salía hacia la puerta con las maletas en la mano cuando su madre se puso delante de la puerta.
    -MI enamorado vendrá madre y tu ni nadie lo podrá evitar-dijo Mireya con gesto desafiante.
    -EN mi vida he oído desfachatez como esta-le dijo su madre levantándole la mano y dándole una bofetada.
    -TRAS estas faltas de respeto a tu hija no vuelvas a llamarme a si-dijo con lágrimas en los ojos.
    -LAS faltas de respeto que hablas se las has hecho tú a tu padre muerto y a mí.
    -TRES oportunidades os di y ninguna  aprovechasteis.
    -FU… fu…-decía entre dientes como queriendo reprimir sus deseos de decir lo que quería decir-EN mi boca hay una palabra que me ronda y la voy a gritar ¡Furcia!
    -TES tas pasando madre, una palabra mas y no me volverás a ver en tu vida-dijo la hija con lagrimas en los ojos-DEL todo te vas a arrepentir.
Mireya cogió sus maletas y dando un portazo dejo a su madre  llorando en el sofá rojo de la habitación roja. Pasaron las horas y el mayordomo entro corriendo hasta llegar donde madre e hija discutieron por ultima vez.
    -JAR…-decía temeroso-DÍN...-seguía titubeando-NO se como decírselo señora.
    -¿ES crucial que yo lo sepa?-dijo la señora que tenía marcas de haber llorado-TÉN en cuenta mi estado anímico no es el que era, me siento culpable por lo que le dije a mi hija.
    -EN… entiendo señora, por…-seguía nervioso-FA… por favor señora siéntese.
    -DADAS las situaciones en las que nos encontramos me sentare pero por favor, tranquilizaos-decía mientras se sentaba y se secaba las lagrimas-Y cuénteme lo que me tenga que contar.
    -CON su permiso yo también me sentare-dijo el mayordomo-TEN señora el pañuelo de la familia de su marido.
    -TAS andando por las ramas-la señora había sido campesina y siempre se le colaba alguna palabra que no fuera refinada, lo mismo le ocurría a su hija-EN… entiendo por tu forma de hablarme que es algo muy preocupante ¡Cuéntamelo ya!
    -UN carruaje a atropellado a su marido y al novio de su hija-decía decidido-A las 5 de la tarde hace una hora, su marido se encuentra estable pero el novio de su hija a muerto, su marido me ha dado este pañuelo para que sepa que esta bien.
    -VEZ de haber perdido el tiempo en palabrería debería habérmelo lo dicho na más entrar.
    -NO era mi intención es que no me salían las palabras.
    -SE nota-dijo la señora poniéndose un abrigo-ABRI vámonos.
    -… razón no le queda señora.
    -LA pobre de mi hija-decía pensando en voz alta-PU… puede que… no,  estará destrozada.
Se encaminaron corriendo al hospital de la capital. Cuando llegaron encontraron al marido de ella con un  brazo escayolado y consolando a su hijastra.
    -ER... Erminia está aquí tu madre-dijo acariciando su pelo y tranquilizándola.
    -TA, mi niña ya esta-dijo consolando a su hija e indicando al mayordomo que le pusiera su abrigo-USAD mi abrigo también-colocó el abrigo a su hija consolándola y limpiándole las lágrimas- EL id a nuestra casa y calentar la estancia nos vamos ya.
    -BE creo que deberíamos quedarnos hasta el funeral-dijo su marido.
    -SO… solo quiero que mi hija se tumbe en su cama y mañana iremos a su funeral-dijo dirigiendo a su hija a la puerta-DE… despacio mi niña que tu padrastro no nos puede seguir.
    -AN... ante todo lo siento otra vez hija mía-dijo saltándole las lágrimas en los ojos-GEL… gélido me quede cuando ese despreocupado nos arroyo-se quitó su abrigo y se lo puso a su mujer-Y que sepas que me salvó la vida a su novio mi amor.
    -LOS dos sabemos que ese hombre era una mala influencia-dijo mientras veía que su hija se quedaba dormida apoyando su cabeza entre sus piernas-DE dios lo guarde pero está mejor muerto ¿Cómo ocurrió?
    -DOS horas antes de ahora yo me dirigía a evitar que ese hombre se marchará con ella-dijo mientras se secaba con la mano que le quedaba sus gafas-EN eso yo le cogí de la sisa  y empezamos a en zarparnos en una pelea callejera-se volvió a colocar las gafas y giró su cabeza a la calle-LOS dos nos tiramos a la carretera y un loco nos arroyó él no intento salvarme lo he dicho para que ella no sospechará nada de lo que ha pasado.
    -OJOS que no ven corazón que no siente-dijo la mujer-DEL to sabrá mi hija que ese hombre no era lo que nosotros sabemos un-hizo una pausa dramática por que creía que su hija  se despertaría-DEMONIO.

         -“Mientras las tres fuentes del jardín no estén enfadadas y contentas en una vez, no se abrirá la puerta, usad un beso de ángel y los dedos en los ojos de demonio-leí con entusiasmo-¿Otro misterio?
         -En efecto. ¿A que fuentes se refieren? ¿A que jardín?-dijo Julián.
         -A nuestro colegio no se refiere-dijo Alex-Porque solo hay dos fuentes en distintos patios.
         -Es muy difícil pensar en un jardín con tres fuentes-dijo Jorge Bermejo-Sin saber que jardín se refiere.
         -¿Se referirá al jardín Botánico?-dijo Leticia-Ya sabéis por lo de que Juan de Villanueva era de la EM.
         -Quizás pero ¿Qué fuentes hay en el jardín botánico?-dijo Laura.
         -Muchas pero aquellas que puedas besar y no sé que de dedos en los ojos del demonio ninguno-dijo Noelia.
         -Eso se refiere a estatuas y fuentes-dijo Adrián.
         -Claro-dijo Mabel-No están dentro sino alrededor. En el paseo del Prado.
         -Quizás las fuentes sean la de Cibeles-dijo Luis.
         -La de Neptuno-dijo Leticia.
         -Y la de Apolo que esta ente Cibeles y Neptuno-dijo Julián.
         -Esperad un momento-dijo Jorge Ruiz-¿Me estáis diciendo que debemos ir a Cibeles, Apolo y Neptuno a la vez? Por que es imposible.
         -No idiota-dijo Alex-Tenemos que hacer lo de beso de ángel y lo del demonio a la vez.
         -¿Pero que es lo que tenemos que hacer exactamente?-dijo Mabel.
         -Pues claro tonta, las debemos dar un beso en la boca para que están contentas-dijo Laura-Beso de ángel.
         -Y después hay que meterle los dedos en los ojo para que estén enfadadas-dijo Noelia-Dedos en los ojos de demonio.
         Para hacer esta pesquisa nos tiramos seis horas pero aunque tardamos ya sabíamos que hacer. Ir a las fuentes del Paseo del Prado darles un beso en la boca meterles los dedos en los ojos y así en alguna zona del jardín botánico, quizás con suerte en la entrada, se abriría la puerta que ocultaría el oro de los templarios, unos objetos que la gente desearía tener en su museo más próximo.
         Eran las once de la mañana cuando no veíamos en el palacio ninguna forma de escapar así que Julián, Jorge Bermejo y yo bajamos las escaleras para averiguar si podíamos huir por el colegio. Al principio por la habitación que daban al Palacio Real todo estaba tranquilo pero en cuanto llegamos a la sala donde empezó todo… allí una figura encapuchada, la que había visto Leticia, daba ordenes a Vanesa la cual sin darse cuenta de nuestra presencia se dio la vuelta y se fue al gimnasio grande. El encapuchado encendió una cerilla y la tiró a la sala donde estaban los cadáveres y una llama de fuego gigante salió respirando a la habitación, el encapuchado se giró para evitar quemaduras y en ese momento nos dejo ver la cara de Leonel Malhadas al echarse la capucha para atrás, aquel chaval que se suponía que estaba muerto, nos quedamos de piedra, en ese preciso instante en el que le descubrimos sacó unas pistolas azules y nos empezó a disparar. Salimos corriendo hacía el Palacio Real, nuestros gritos alertaron a los del palacio y nos esperaron para poder cerrar la puerta justo en el momento que Leonel nos disparó y alcanzó a Luis en la otra pierna que no había recibido un tiro.
         -Otra vez no-gritó enojado.
         En ese momento mientras yo curaba a Luis y mientras oíamos a Leonel forcejeando la puerta que estaba bloqueada con la mesa de las pantallas escuchamos una revelación de Julián.
         -Leonel no estaba muerto-dijo Julián-Cuando tiraron el cadáver enfrente mía no era el de Leonel sino José Martínez.
         -Ostias-dijo Leticia-Pero si él es el de las pistolas azules eso quiere decir que es el jefe de Vanesa León como yo vi.
         -Eric Duque-dijo Luis que se incorporaba cuando había acabado, tenía que tener cuidado con los puntos lo más seguro que no podría correr-El de los libros, el senescal de la EM.
         -Vale ahora si tenemos que salir de aquí-dijo Adrián nervioso y en ese momento observó un dibujo en una zona de la pared este:

         >>Chicos mirad esto-dijo señalando aquel extraño símbolo.
         -Es como el de las cartas del tal Ismael Dex-dijo Mabel.
         -Voy a presionarlo-dijo Adrián en ese momento se oyó un crujido y un trozo de pared tan grande como una puerta se echó a atrás y se metió a la derecha dejándonos ver una pasillo que conducía a la Catedral de la Almudena, la luz del sol hizo que Luis, Mabel, Leticia, Laura y Noelia parpadeaban muchas veces los ojos pero por fin habíamos dejado atrás aquellas horribles catacumbas. El pasillo era oscuro y angustioso, nunca se había usado aquel pasillo lleno de telarañas y ratas, menos mal que la travesía solo duró unas horas. Allí en la plaza de oriente se respiraba la tranquilidad por fin todo había acabado o eso creíamos.
         En el momento en el que dimos un paso en la plaza de oriente con aquella arena que nos entraba incluso en las zapatillas nos sentimos vigilados y eso que en el parque había mucha gente con sus hijos, personas leyendo periódicos de la mañana y chicos de nuestra edad jugando al futbol. Un hombre que estaba leyendo se quitó las gafas de sol dejando ver que era el profesor de Ingles el Sr. Duque apartó el Alfa y Omega y sacó una pistola roja como el fuego y nos disparó pero no tenía sus gafas de ver lejos  así que falló. Ese disparo que me pasó rozando nos advirtió y salimos corriendo entonces Braulio León también apareció y empezaron a dispararnos con mucha ferocidad. Luis cayó al suelo pero con la ayuda de Alex y Julián pudimos llevarle, los puntos habían saltado y sangraba mucho. Nos costó pero conseguimos escapar de aquellos fieros asesinos que nos perdieron en la distancia. Llegamos con mucha prisa a mi casa mientras abría la puerta y Alex y Julián que cargaban con Luis fueron los primeros en entrar para dejar en el sofá al herido Luis. Pude observar que la venda que de la mano derecha de Julián estaba teñida de rojo, al parecer el símbolo sabía que Julián quería olvidarse de él y por ello se hacía notar, al darse cuenta de que le miraba me lanzó una mirada como diciendo que primero Luis.
         -Haber pensemos ¿Por qué vamos a casa de Carlos? ¿Y no a la policía?-dijo Raquel.
         -¿Quién nos va a creer?-dijo Jorge Bermejo.
         -Eso tienes razón... pero al estar ellos aquí podemos llevarles a comisaría y decirles lo que ha pasado-dijo Raquel.

         -Tenemos que curar a Luis. Se tienen que duchar y luego veremos nuestro siguiente paso-dijo Julián muy serio, mientras se quitaba la venda y se curaba la mano con dolor.

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